Conversamos con Federico Baglietto quien advierte sobre el avance de los monocultivos frutales y la necesidad de corredores biológicos, afirma que apostar por el manejo agroecológico es clave para revitalizar la producción en el Delta del Paraná y defiende que los bioinsumos sigan siendo patrimonio de los productores locales y no de las empresas multinacionales.
“Hola, mi nombre es Federico Baglietto, (@plantemosfutales) soy técnico en producción vegetal-orgánica, vivo en el Delta de Paraná, trabajo en fruticultura, en particular en lo que es manejo agroecológico y en la producción y multiplicación de frutales de un vivero en la zona, y trabajo también en la recuperación de variedades locales de frutales del Delta de Paraná. En cuanto a los monocultivos en fruticultura, muchas veces es necesario plantar muchas plantas de una misma especie, en el mismo sector, por un lado por una cuestión de manejo, que es mucho más práctica para el productor, y por otro lado por una cuestión de polinización, hay muchos frutales que estando aislados y separados no producen satisfactoriamente y necesitan polinización cruzada para poder producir, y en ese sentido es inevitable generar una cierta cantidad y densidad de población de la misma especie para poder producir, y en esos casos sí, hay sectores como el monocultivo, pero eso se puede romper haciendo cada una X cantidad de plantas de la misma especie, poner o corredores biológicos o corredores con otros tipos de frutales, para generar más diversidad, y también es fundamental y es muy bueno para los frutales en general, para todas las especies, el cultivo en la base de la planta de leguminosas, como vicia avena, habas, centeno, y para fijar nitrógeno y contribuir con la fertilidad, y también porque se generan también floraciones espontáneas y simultáneas, en el trébol y la vicia, que también atraen muchos insectos benéficos y contribuyen a la diversidad biológica”.
“El Delta del Paraná fue una zona productiva, frutícola, muy importante, en lo que fue la primera mitad del siglo XX, el principal abastecedor de frutas en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores, y en esa época se desarrollaron en la zona diferentes cultivares y variedades de frutales de origen local, que fueron pilar fundamental en esa época en la producción de fruta, porque se fueron desarrollando variedades muy resistentes y adaptadas a la zona, que es una zona bastante particular, húmeda, por ser una zona insular, y sobre todo se desarrollaron diferentes variedades de ciruelo, y también algunas variedades de manzano y algunas de peral. Algunas variedades, está muy claro que el origen es del Delta, y otras son variedades antiguas que se desconoce el origen exacto”.

Frutas antiguas
“Principalmente los ciruelos se originaban espontáneamente en las quintas, a partir de semillas, y los fruticultores iban eligiendo y separando, analizando cada variedad que surgía, cuando veían que una planta que se originaba daba una fruta especial de buenas características, no sólo en calidad de fruta, sino en cuanto a resistencia a enfermedades y adaptación al clima de la región, la separaban, la individualizaban, la seguían multiplicando, y si conservaba cierta estabilidad genética, la consideraban una variedad nueva, y lo habitual era ponerle el nombre de su familia. Algunas tienen nombre de familias, otras tienen el nombre de la quinta de origen, y en algunos casos el nombre de fantasía, pero básicamente lo habitual era ponerle el apellido de la familia descubridora, y era todo un orgullo para la familia tener su propia variedad. Así surgieron variedades como la Genovesa, la Gigaglia, la Triceri, Juanita, un montón, hay más de 20 variedades de frutales del delta, yo fui recuperando unas cuantas, unas 10 o 12, faltan muchas más, porque además van apareciendo otras, por lo menos en el saber popular, y de manzanas. Había muchas manzanas, la cara sucia, que se usaba para producir sidra, de hecho la fábrica de Sidra Real estaba acá en el delta, y winter banana, kindave, colita, paigú, todo tipo de manzanas, que tienen la particularidad de cosecharse en diferentes épocas. La Paigú por ejemplo es muy temprana, es de fines de diciembre, la winter banana es de enero, la colita es más de marzo, la carasucia es de febrero, marzo, y son muy diferentes entre sí en cuanto a sabor, calidad, tamaño, color, son muy variadas, lo mismo pasa con los ciruelos, hay ciruelos para cosechar desde la primera quincena de noviembre hasta febrero, hay de todo, de pulpa roja, de pulpa amarilla, diferentes clases”.



“Y la verdad que son frutos que tienen la particularidad de tener un sabor y un aroma muy diferente a la fruta actual, sobre todo los manzanos es notable como tienen mucho aroma, la cáscara de la winter banana, de la paigú, colita, es muy aromática, la tocás y te queda el aroma en las manos, es muy llamativo comparado con cualquier cultivar de manzana actual que uno lo huele y no tiene olor a nada, y estas son muy aromáticas, eso es muy característico. En cuanto a ciruelas. Hay ciruelas de muy buena calidad, diferentes épocas de cosecha, que eso también es muy valioso.
Los corredores biológicos son fundamentales en la agricultura orgánica, digamos tanto en lo que es fruticultura como en lo que es horticultura, cultivos extensivos, siempre lo que sea corredores biológicos con especies nativas y también con especies que no son nativas pero que producen floraciones simultáneas y continuas a lo largo del año son fundamentales para brindar alimento a insectos predadores de plagas y para dar albergue a todo este tipo de insectos a lo largo de todo el año para lograr una estabilidad en el control de plagas mucho mayor y también reducir la necesidad de un manejo directo sobre las plagas”.
“Yo empecé el trabajo de recuperación de estas variedades a partir de una manzana, así charlando con gente mayor, me enteré que existía, esto fue hace unos 15 años, ¿no? más o menos. Me enteré que había existido la manzana carasucia, que se cultivaba mucho en la zona para la producción de sidra, me contacté con un hombre muy mayor, un fruticultor anciano que me habían dicho que tenía algunas plantas de esta variedad, fui a conocerlo, nos pusimos a charlar y hablando con él me empecé a enterar de que había todo este mundo de variedades de ciruelos, de perales, de otros manzanos que se cultivaban antiguamente y que ya estaban prácticamente extintos . Entonces empecé con el trabajo de recorrer el delta buscando esos ancianos fruticultores sobrevivientes de aquellas épocas que tenían todavía algunos ejemplares de estas plantas antiguas y bueno, así recorriendo el delta fui conociendo diferentes fruticultores muy ancianos y me fueron facilitando ramitas de estas plantas que las fui injertando en pies de injertos sanos y fui haciendo plantas madres que voy plantando en mi espacio, en mi vivero y a partir de que le hago una planta madre sana, voy sacando de ahí material vegetal para hacer plantas nuevas”.

“Las ventajas del manejo agroecológico son muchas y diversas, principalmente, lo que decía antes del sabor y el aroma de la fruta cosechada, el saber que consumimos alimentos sanos, libres de pesticidas y agroquímicos de todo tipo, que por un lado influye en el consumidor, por otro lado en el productor que no está aplicando productos que son dañinos para él mismo y obviamente también para el ambiente que no estamos contaminando ni el río, ni la tierra, ni tampoco afectando a la fauna y flora benéfica local, que es fundamental en cuanto a la diversidad y también el equilibrio ambiental que se traduce en una mejor producción“.
“Lo que me motivó a empezar a recuperar este material fue descubrir que estaba todo este material antiguo que es fruto del trabajo de generaciones de agricultores que fueron seleccionando ejemplares, atesorando y que es tan valioso por ser muy bien adaptado a la zona, que se comporta muy bien, que fructifica y produce de manera muy buena y de muy buena calidad y con muy buena sanidad . Ver que todo este material se estaba perdiendo, quedando en el olvido y si no se hacía el trabajo de empezar a buscarlo y reinjertarlo para hacer plantas nuevas se iba a extinguir directamente. Entonces, me tomé ese trabajo de empezar a hacerlo, empezar a buscarlo y multiplicarlo”.
“Y creo que es un material muy valioso a la hora de poder relanzar una producción frutícola en el delta, ahora ya desde la perspectiva agroecológica, por ser un material que está muy adaptado a la zona y que se comporta muy bien, mucho mejor seguramente que variedades traídas de afuera”.

Abejas y cuidados
“Las abejas son fundamentales en la fruticultura para la polinización de los frutales y mejorar la producción en calidad y cantidad, son imprescindibles. Muchas veces se puede tener colmenas y en otros lugares donde hay abejas en estado silvestre también cumplen una función muy importante y son muy benéficas.
“Lo que es fundamental es tener cuidado cuando se hace el manejo de la mosca de los frutos o el gusano del brote del duraznero para que cuando hacemos las fumigaciones necesarias para controlar esas plagas, no utilicemos productos que sean perjudiciales para las abejas y también que las usemos en el momento indicado. Hay algo que pasa mucho, hay un error que se repite muchísimo, yo trabajo mucho dando talleres de frutales y está muy instalada la falsa creencia de que la mosca de los frutos y otras plagas atacan a los frutales cuando están en floración. Es algo que se repite hasta el cansancio”.
“Mucha gente piensa que los frutales se abichan cuando están en floración y por eso hay que fumigar cuando están en floración, pero la realidad es que es un mito muy equivocado. La mosca de los frutos jamás ataca cuando está en floración un ciruelo o un duraznero, sino que lo hace mucho después cuando la fruta está empezando a madurar. Entonces fumigar cuando hay floración, primero que no tiene sentido porque no cumple ninguna función sobre la plaga y después es muy perjudicial porque estamos afectando a los polinizadores, tanto abejas como otros polinizadores que pueden ser sífidos, abejorros, mariposas, incluso pájaros.
Entonces es muy importante saber que cuando un frutal está en floración no se fumiga con nada, ni orgánico ni no orgánico, no se aplica nada para asegurarnos que no estamos afectando a los polinizadores, principalmente a las abejas”.

“La olla alrededor de los frutales es sobre todo importante en los primeros dos o tres años de la planta porque sobre todo si hay gramilla, digamos que la gramilla ejerce una competencia muy fuerte con la planta cuando es pequeña y entonces es importante mantenerlo deshierbado para poder abonarlo.
Después una vez que el árbol se desarrolló no es imprescindible mantener la olla limpia. El cuidado que es fundamental en esta época del año, o sea lo que es otoño e invierno es hacer la poda y sobre todo una vez hecha la poda hacer un tratamiento sanitario para limpiar todo lo que es esporas de hongos y también bacterias que quedan adheridas al árbol y que entran en dormición junto con el árbol. Así como en el invierno el árbol pierde las hojas y entra en dormición, de la misma manera todo lo que son hongos y bacterias quedan en dormición y están escondidas en la corteza y en las yemas del árbol y cuando viene la primavera brota el árbol y también germinan todos los hongos y empiezan a multiplicarse las bacterias.
Por eso lo que sí se hace, que es importante, es hacer un tratamiento con algún fungicida que puede ser por ejemplo cobre, que se usa el oxicloruro de cobre mucho en la agricultura orgánica. Se puede usar en su lugar tricodermas, aunque no sería efectivo para lo que es bacterias y en casos de una planta muy apestada, muy enferma, conviene usar el caldo sulfocalcico“.
“Trabajé un buen tiempo en Ecuador y también en Bolivia en la agricultura campesina indígena con comunidades, y si bien no aplico en donde vivo técnicas específicas de las que usan en las comunidades andinas, básicamente porque es una agricultura muy diferente, con un suelo totalmente diferente y un clima totalmente diferente a donde trabajo y produzco, sí por un lado intenté siempre adoptar su manera de trabajar en cuanto a la observación continua de la naturaleza y analizar los procesos y buscar siempre el equilibrio a través de la observación, y después sí me quedó algo que es el valorar lo que es el conocimiento campesino, yo estudié en la Facultad de Agronomía, muchas veces desde el saber académico se niega el saber campesino que es un saber mucho más intuitivo y pragmático, y a veces también desde el campesino se repele o se lucha o se pelea o se discute con el saber académico, y me parece que los dos saberes son importantes y muy valiosos, y lo interesante es que puedan confluir y enriquecerse mutuamente, creo que ese es el camino, que los dos se nutran entre sí porque los dos son muy valiosos y los dos son muy válidos e importantes”.

Bioinsumos
“Los bioinsumos están en un crecimiento enorme en la actualidad, son muy importantes para el futuro de la agroecología y de la agricultura en general, yo particularmente estoy usando cada vez más, estoy usando tricodermas, Beauveuria bassiana, bokashi, los microorganismos benéficos. Hay un montón de herramientas cada vez más y mejores que pueden potenciar un montón la agroecología y a la vez también hay toda una cuestión que está sucediendo que no hay que perder de vista, que es que las grandes multinacionales que siempre se dedicaron a producir productos de síntesis, se dieron cuenta que está hoy en día cada vez más en auge el uso de bioinsumos y están volcándose a producir bioinsumos. Lo cual en principio sería algo positivo, pero también está pasando algo que a través de leyes y diferentes presiones que ejercen estas multinacionales, se está empezando a reglamentar de una manera bastante compleja la producción local de bioinsumos y las pequeñas biofábricas, generándole trabas, restricciones, complicaciones para producir, multas, incluso a veces cerrando biofábricas“.
“Esto está pasando en algunos lugares, como parece ser que es una estrategia de las grandes multinacionales para quedarse con el monopolio de la producción de bioinsumos, lo cual sí sería muy grave. Entonces me parece que no hay que perder de vista esto que está empezando a pasar y generar condiciones legales para que las pequeñas biofábricas y los productores puedan producir sus bioinsumos, las biofábricas puedan generar emprendimientos que provean localmente bioinsumos a los productores locales y que no quede todo solamente en manos de las grandes multinacionales. Porque si eso sucede estaríamos haciendo una sustitución de insumos, conservando y siguiendo con el mismo sistema monopólico y muy vertical de arriba hacia abajo, con un control total de los bioinsumos por parte de las grandes multinacionales. Eso es un tema que está empezando a suceder ahora y que no hay que perder de vista para que los bioinsumos sigan siendo patrimonio de todos los agricultores y no sólo de las grandes multinacionales, como viene pasando con el tema de las semillas y con diferentes cuestiones genéticas.
Muchas gracias a la audiencia por escuchar y participar, muchas gracias a Bioinsumos por la invitación a charlar sobre estos temas tan importantes y bueno, esperemos estar en contacto y charlar en otro momento. Saludos a todos, gracias”.
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