A diez años de que el Papa Francisco plantara en el huerto de Getsemaní, Víctor Tomaselli nos cuenta la historia de los árboles que cultivó y envió al pontífice, bendecidos en Bahía Blanca.
“El envío de los olivos al Papa Francisco fue a principios de mayo del 2014. ¿Cómo fue la cosa? La cosa fue de la siguiente manera. Yo estoy muy relacionado con Italia desde que fui a una beca en el año 85 y después desde el 2000 participo en un grupo que se llama Cultivemos la Paz, que son iniciativas de paz en Tierra Santa, sobre todo apoyando a las comunidades cristianas de distintos lugares de Israel. Y bueno, a partir de eso estoy relacionado con el ingeniero agrónomo Francesco Marino, que es el presidente de la Copagri de Toscana. Copagri es Confederación de Productores Agrarios de Italia filial Toscana, es decir, la capital digamos de Toscana es Firenze, Florencia”.
“El asunto fue así, yo estaba plantando en Cabildo, 50 kilómetros al norte de Bahía Blanca sobre la ruta 51, y paraba en una estancia que tenía una hectárea y media, casi dos, de olivos muy viejos, puestos en la década del 30. Me llama Francesco el 10 de enero, me acuerdo el día exacto, y me dice, acabo de escuchar en la radio del Vaticano que el Papa Francisco va a ir, que había asumido hace poco, porque asumió en el 2013, va a ir a Tierra Santa en el mes de mayo, entonces va a estar en el huerto de Getsemaní el 26 de mayo, ya se había anunciado la agenda. Lo que yo te propongo, me dice Francesco, es que ya que es argentino, que emule el gesto del Pablo VI, que hace 50 años, que se cumple justo ahora, plantó un olivo en el huerto de Getsemaní, como símbolo de la paz. Entonces, hacerle la propuesta al Papa Francisco que planté un olivo, ya que es argentino, y vos sos argentino, y estás trabajando tanto por los pequeños productores, que sea un olivo que vos mandes desde Argentina.
“Como digo, eso fue el 10 de enero. A partir de ahí me puse a hacer, elegí un olivo, que justo es un olivo que tiene tres pares de hojas, en lugar de un par de hojas opuestas, tiene tres hojas en cada inserto de hojas de las brindillas. Lo encontré raro, digamos. Preparé nueve formas de que echen raíz en la rama y las hice. A partir de ahí , las tenía que inyectar con un poquito de agua en esos acodos aéreos y recién el 31 de enero me fijé que de los nueve había dos que habían tirado raíces, así que ahí preparé las plantas, ya las puse a enraizar, dos plantas. Y me fui a ver al obispado, porque mi profesor de religión en el seminario había sido un cura que después fue obispo, y como obispo participé. participaba de la Conferencia Episcopal Argentina, justo cuando Francisco era Bergoglio y era el obispo arzobispo de Buenos Aires. Y se daba una característica, que los dos eran hinchas de San Lorenzo y muy futboleros. Entonces, lógicamente, entre ellos hablaban los domingos después de los partidos, porque si sos obispo no podés comentar mucho el fútbol con nadie, así que entre ellos se entendían”.
“La cuestión que me dice, un dato importantísimo, dice, ‘vos tenés que mandar una carta a su eminencia reverendísima, Emil Paul Sherring, que era el nuncio apostólico en ese momento. Hacele la propuesta, le va a encantar y metele. Yo soy nacido en Cabildo’, me dice Néstor Navarro, se llamaba el obispo jubilado, y dice, ‘me encanta la idea que pueda prosperar. En nombre mío y de Francesco Marino, le mandé la propuesta a su santidad, por supuesto le mandé copia a Francesco, y fue el 31 de enero desde el correo de Cabildo. Estaba con mi familia en La Plata , el 19 de marzo, y me llaman por teléfono de la Nunciatura diciéndome que la propuesta había sido aceptada, que tenía que mandar las plantas, porque yo le oferté dos plantas, una para el Getsemani y la otra para Castel Gandolfo. Tenía que mandar dos olivos y tenían que estar a principios de mayo en Italia”.
“Así que bueno, a partir de ahí me puse a trabajar con las plantas más para que estuvieran en condiciones, tenía muy poquito tiempo, dos meses, y compartí las cosas con la comunidad. Cooperativa Olivíscola de Cabildo, de reciente formación, que yo la había impulsado para que se formara. Y fuimos trabajando este tema con el arzobispo, con el monseñor Garlatti, y bueno, lo que planificamos fue despachar la planta, yo tenía que viajar con la planta hasta Buenos Aires, y hacer una misa, una misa de bendición de las plantas en la Catedral de Bahía. Fue muy importante esa misa porque la gente desbordaba la catedral. Y fue la primera vez que se hizo una misa concelebrada, participaron tres obispos, seis sacerdotes, y fueron de todas las religiones. Fue una ceremonia, no solo misa, sino una ceremonia multirreligiosa, digamos. Fue la primera vez que entraron a la catedral. los árabes, digamos, los musulmanes, de los judíos, de todas las religiones protestantes, fue muy, muy bueno. Y ahí salieron las plantas con esa bendición de la gente y una plegaria por la paz, que es importante porque eso sigue estando vigente en este momento”.
“Ese fue el hecho, se cumplen ahora 10 años y la plegaria por la paz nunca es tan vigente como ahora. Más después que ayer murió, no se sabe todavía en qué condiciones murió, si fue un atentado o fue un accidente simplemente fortuito, el presidente Irán. Es decir, estamos en un momento muy crítico y la Argentina está viviendo un momento muy crítico, muy triste. Nosotros desde la agroecología seguimos impulsando la agricultura y estamos acá, firme, en la Patagonia, sosteniendo todas las banderas del desarrollo. Un agradecimiento a todos, por recordar esta fecha. Un abrazo y un saludo cordial”.
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