Bajo la coordinación del ingeniero agrónomo Fernando Lapolla, el nuevo campo de Abel Pintos y Marcelo González en Lavalle, Mendoza, cuenta con 93 hectáreas y será destinado a la producción sustentable de pistachos y olivos en seto. Con tecnología de punta, bioinsumos y un uso eficiente del agua, el emprendimiento busca replicar el modelo de La Matera en Mercedes, integrando además a John Deere para la formación y desarrollo de un campo escuela en Cuyo .
“Mi nombre es Fernando Lapolla, soy ingeniero agrónomo. Estoy trabajando y coordinando el proyecto del campo de Abel Pintos y Marcelo González en la localidad de Lavalle, Mendoza. El uso previo del lote era un monte de olivos que está abandonado. La idea es poder rescatar algunos de esos árboles ejemplares que hay ahí, que queden en la finca, como muestra. Y el grado de fertilidad y de estructura del suelo son los valores normales, o sea que no se encuentra en estado de degradación. Elegimos los pistachos principalmente porque la idea es que el 80-90% de la superficie del campo esté ocupada por pistachos y una parte por olivos en seto, una forma nueva de producción que son plantas más chicas, más manejables para cosecha también mecánica. Y elegimos esos cultivos porque son muy acordes para las características agronómicas de la zona. Tanto Mendoza como la parte de San Juan son ideales para ese tipo de producciones” .
“La visión a largo y mediano plazo del emprendimiento es poder desarrollar en la zona ese cultivo, pero poder hacer el ciclo completo, poder trabajar desde un pequeño viverito ahí en el campo, siempre con el apoyo de los viveros de la zona, que son los que conocen más el cultivo, como el vivero Productora. y la visión es también poder hacer todo el ciclo, como te decía, completo, desde la producción de la planta y después los pistachos, poder procesarlos ahí para el mercado interno y también un mercado de exportación. Y con el olivo algo similar y la idea es poder hacer a largo o mediano plazo un aceite especial de oliva de ahí. Y estoy convencido que siempre es una buena noticia para el ambiente poder poner árboles, en este caso de pistacho y olivos, y siempre pensando en la conservación también del suelo, un suelo que en este momento se encuentra sin ningún tipo de cultivo, poder hacer un sistema de riego y poder implantar estos árboles que generan oxígeno, porque nosotros también pensamos destinar una pequeña parte del campo como una especie de espejo con la materia de Buenos Aires y poder poner también árboles y arbustos nativos de la zona”.


“La idea es poder ir avanzando de a poco, un programa escalonado pero dinámico, del primer año poder plantar las primeras 10 hectáreas de pistacho y quizás alguna hectárea de olivos. Eso nos va a permitir también aprender de la zona y cometer los menores errores posibles. Siempre es bueno empezar con poco, ir aprendiendo y después poder ir escalando el proyecto”.
“El campo cuenta con derecho a riego, tiene tres pozos antiguos. Estamos evaluando si su estructura todavía es válida o si tenemos que hacer pozos nuevos. Una vez que tengamos esa información evaluaremos el tipo de avance que vamos a ir haciendo año a año. Teniendo en cuenta el clima árido y las características de suelo, la idea es poder incorporarle buena cantidad de materia orgánica a cada hueco de plantación para poder conservar el suelo, trabajar mucho con las técnicas de conservación de humedad del suelo. Si bien son cultivos que no necesitan exceso de materia orgánica o mucha materia orgánica en su hueco de plantación para poder crecer, nosotros lo miramos desde el punto de vista de la eficiencia del uso del agua. Estamos en las primeras conversaciones con el vivero productora y con otros viveros de la zona y del país en general para ver cuáles serían las mejores características varietales para las plantas tanto de pistacho como de olivo y la densidad de plantación, etc. Estamos en un proceso de evaluación del proyecto”.

“También estamos trabajando fuerte con nuestros socios en la matera, con John Deere, porque la idea es también poder replicar el campo escuela, poder hacer algunos cursos relacionados siempre con el agro y con el ambiente, allá también en Mendoza, y queremos que John Deere sea parte también de este proyecto. El proyecto contempla el uso de bioinsumos. Vamos a trabajar seguramente con los mismos proveedores que tenemos en La matera. Tenemos que hablar con ellos primero, pero estamos convencidos que nos van a acompañar en este nuevo proyecto que vamos a empezar allá en Mendoza. La idea es que sea un campo tecnológico, así que vamos a usar drones de monitoreo, sensores de humedad. Allá el tema de la humedad es muy importante y como decía antes, el uso eficiente, muy eficiente del agua, es lo que hace que un proyecto sea viable o no. Les dejo un abrazo y nos vemos la próxima”.
Más info: https://establecimientolamatera.ar/