“El maíz agroecológico combina rentabilidad, sostenibilidad y cuidado del suelo”

Santiago Cardoni, ingeniero agrónomo y director en PROGIS, detalla las estrategias y desafíos de cultivar maíz agroecológico. Desde el uso de variedades de polinización abierta hasta la implementación de técnicas regenerativas, su enfoque promueve la sostenibilidad y la competitividad en el mercado.

“Hola, mi nombre es Santiago Cardoni, soy ingeniero agrónomo y en la consultora PROGIS mi rol es director de los proyectos que se llevan a cabo en distintos campos. Además, gerencio la parte de negocios y comercialización de semillas, granos y hacienda. Actualmente, estamos liderando varios proyectos en diversos campos, siempre con un enfoque integral que combina las áreas productiva, comercial y ecológica-conservacionista, buscando un equilibrio entre ellas para lograr un sistema sistémico e integral, como el que propone PROGIS, que significa Producción Ganadera Integrada y Sistémica.

“Trabajo en la zona de la Cuenca del Salado, que abarca casi 9 millones de hectáreas, y en la región Mar y Sierras, que incluye localidades como Mar del Plata y Balcarce, conocidas por sus climas templados y suelos mayoritariamente de loma con buena materia orgánica. Estos suelos no presentan capas de arcilla en los primeros 25 cm, lo que permite realizar una agricultura sin riesgos elevados. En las lomas se pueden realizar prácticas agrícolas, mientras que en las medias lomas, no. En esta región trabajamos en suelos como hapludoles y argiudoles, que tienen buena relación carbono-nitrógeno y son aptos para la agricultura sostenible.

Las lomas muchas veces se encuentran degradadas, con niveles de materia orgánica del 3 ó 4% cuando deberían tener entre 5 y 6%, lo cual se debe a malos manejos. Esto es un reflejo de la pérdida generalizada del 50 % de la materia orgánica en suelos a nivel nacional, algo que estamos abordando con técnicas y manejos que la incrementen gradualmente.

En cuanto a maíces, manejo variedades de polinización abierta. Prefiero no mencionar nombres específicos porque lo más importante es destacar las ventajas de estas variedades. A diferencia de los híbridos comerciales, estas permiten conservar la progenie y sembrarla sin pérdida de rendimiento, lo que representa una alternativa económica y sostenible. Al cosechar, ya se tiene una población estable que se puede usar en campañas futuras, algo que no ocurre con los híbridos, cuyos “hijos” pierden productividad.

Un gran desafío es evitar la contaminación cruzada por polinización con híbridos transgénicos vecinos, lo que requiere sembrar a destiempo para minimizar los riesgos. Esto es fundamental, ya que muchos maíces del mercado presentan altos niveles de contaminación transgénica. Las variedades de polinización abierta tienen características únicas: mayor proteína, digestibilidad de caña, producción de hojas y adaptabilidad, lo que las hace muy atractivas a futuro, especialmente cuando el mercado empiece a valorar estas propiedades”.

Manejo del suelo y rotaciones

“Trato de de cuidar la información obviamente hacerse llegar al productor para que ya le quede y la pueda usar de ahÍ en adelante, no ser un insumo. O sea la técnica que yo le enseño al productor se la enseño una vez y listo y de ahí en adelante lo hace para siempre. Esa es la idea. Yo transmito tecnologías de procesos, técnicas basadas en tecnología de procesos, obviamente también con insumos, con maquinaria, pero todo tiene que ver en los momentos de intervención. No es lo mismo, por ejemplo, sembrar después de que la disco la pasaste al día anterior que sembrar a los 10 días que la disco la pasaste porque obviamente te cambia totalmente el panorama del rendimiento del maíz. Como te puede llover un montonazo a la siembra, se te plancha. Como no te puede llover y no te nace, entonces hay muchas situaciones que también, más allá de las técnicas, el clima te genera que hay que tener cintura para el manejo.

La fertilidad del suelo la gestionamos principalmente mediante rotaciones planificadas. Un esquema típico incluye dos años de agricultura y cuatro de pasturas perennes, o dos años de cultivos anuales seguidos por tres de verdeos multiespecies. Este enfoque permite alternar cultivos agrícolas con especies forrajeras, generando estratos radiculares a distintas profundidades que mejoran la estructura del suelo y aumentan el carbono orgánico.

Además, no solo mejoramos la fertilidad con rotaciones, sino también con un uso adecuado del suelo y del pastoreo, incorporando bioinsumos, inoculantes y enmiendas. Para el control de plagas, utilizamos bioinsecticidas y biofungicidas, evitando así el uso de agroquímicos. Esto permite mantener la sanidad de los cultivos y del sistema productivo en general”.

Desafíos y oportunidades

“El mayor desafío del maíz agroecológico es competir con sistemas de mediana adopción tecnológica, ya que no podemos igualar la productividad de los sistemas de alta tecnología que usan insumos químicos intensivos. Sin embargo, las variedades agroecológicas ofrecen un bajo costo de producción, con bolsas que rondan los 45 dólares, frente a los 150-200 dólares de los híbridos. Esto nos hace competitivos en términos de margen bruto, incluso frente a maíces de media tecnología.

A futuro, el mercado comenzará a valorar más la calidad de los maíces, especialmente en términos de proteína. Mientras que un maíz convencional tiene entre 7-8% de proteína, algunas variedades agroecológicas alcanzan entre 10-11%, e incluso hasta 16% en casos como el maíz cuarentín”.

Beneficios

“Los beneficios que observo es que primero que todo el productor no está atado a una receta sino que el productor puede realizar año tras año distintas prácticas, distintas estrategias mejor dicho, para que su cultivo logre superar un piso que le permita cubrir los costos, el costo de alquiler como si le estuviesen alquilando al campo y también el costo del cultivo. Eso es lo que mínimamente yo siempre busco que el productor tenga en el bolsillo y después lo otro sería como un premio. Pero por lo menos que se cubra el alquiler, como que él se esté alquilando el campo y que él también obviamente cubra los costos, que sea un negocio por ahí, si no le conviene directamente alquilar el campo. Entonces los beneficios que observé al cultivar de manera ecológica es que los costos son muy bajos entonces haciendo bien las cosas tenemos rendimientos aceptables y de esa manera puede ser muy competitivo los productores se motivan mucho y siguen en esta dinámica de producir de manera ecológica.

La salud del suelo también, he hecho cromatografías sobre suelos que he hecho rotaciones de distinto tipo y he visto mejoras en la relación de los poros, la aireación, la no compactación y eso que utilizando labranzas mínimas como disco o alguna labranza más livianita como alguna rastrita y demás pero la siembra directa es algo que hoy está generando un problema de compactación y el suelo necesita ser descompactado entonces hacer intervenciones de manera con labranzas verticales que pueden ser utilizando el pie de pato utilizando otras máquinas para poder controlar malezas o utilizando cultivos de cobertura para poder rolarlos y demás todas esas prácticas ayudan a que la salud del suelo se mantenga”

Recomendaciones para principiantes

“Para quienes quieran iniciarse en el cultivo de maíz agroecológico, recomiendo comenzar con potreros que hayan tenido cultivos de invierno como avena o vicia, limpiando así el banco de semillas de malezas. Además, sugiero iniciar con un maíz de doble propósito (grano y forraje) que permita destinarlo a ganadería si los resultados no son los esperados.

La clave está en cubrir los costos de alquiler y producción, garantizando un piso de rentabilidad. Implementar técnicas como siembra en momentos estratégicos, uso de cultivos de cobertura y labranzas mínimas son pasos esenciales para mejorar la salud del suelo y mantener un sistema productivo sostenible. Saludos”

Más info: https://www.instagram.com/progisargentina

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *