Hay diversos sistemas de clasificación de los suelos. La clasificación por la capacidad
de uso da una mejor idea de las limitaciones que presentan los suelos para las prácticas
agrícolas. Sin embargo, muchos conceptos se encuentran actualmente en revisión y
para el caso específico de la zona andina se habla ahora de una clasificación en función
de la delimitación de las zonas agroecológicas. Ello, principalmente debido a que gran
parte de la agricultura que se desarrollo en los Andes, no concuerda con los indicadores
que comúnmente se dan acerca del uso del suelo.
La fertilidad natural del suelo
Para que un suelo rinda cosechas satisfactorias son necesarios los siguientes procesos:
- La meteorización de la roca madre y de los minerales, transformándolos en
minerales arcillosos, óxidos e hidróxidos. - Humificación y mineralización de la materia orgánica.
- Formación de agregados de estructura granular debido a la mezcla de partículas
minerales y orgánicas.
El conjunto de procesos físicos, químicos y biológicos en el suelo, solubilizan los
nutrientes necesarios para las plantas. Las características físicas son también un
indicador de la fertilidad del suelo.
Las prácticas agroecológicas evitarán todo aquello que pueda generar daño a la
actividad del edafón y a la estructura del suelo el cual en la agricultura ecológica es
considerado un organismo vivo.
A continuación algunas consideraciones:
- Renunciar al control químico de plagas, enfermedades y malezas para permitir la
activación del edafón y la resistencia fisiológica de la planta. - Renunciar al uso de fertilizantes sintéticos, para permitir la actividad del edafón
mediante el fomento y reciclaje constante de la materia orgánica. - Generar el suministro de materia orgánica con el mínimo uso de energía e insumos
externos. - Considerar en el manejo del suelo la actividad del edafón, como la base para lograr
condiciones óptimas para el desarrollo del sistema radicular de la planta, es decir,
lograr una adecuada nutrición. - Propiciar una adecuada y óptima diversidad que garantice la eficiencia de la
interacción planta-planta y suelo-planta, mediante rotaciones y asociaciones. - Asegurar un adecuado régimen hídrico del suelo a través de una óptima presencia
de materia orgánica y cobertura vegetal.
15 - Considerar que, sólo la interacción óptima del conjunto de factores y procesos
puede conducir a un rendimiento integral, porque el todo es más que la suma de las
partes. - Realizar labores apropiadas en el suelo y reconocer el valor de una cobertura
vegetal permanente para la conservación de la estructura del suelo y de la actividad
del edafón. - Valorar el uso del árbol y arbustos dentro de los cultivos, especialmente en los
trópicos, ya que permite una mejor cobertura del suelo y aporte de materia orgánica.
Los sistemas agroforestales (cultivos con árboles y arbustos) permiten un uso más
eficiente del suelo. - Respetar los ciclos e interrelaciones biológicas para tener rendimientos superiores a
los de la agricultura convencional, tradicionalmente extractiva.