“Un suelo sano es aquel que tiene la mayor cantidad de vínculos”

Conversamos con Cristian Crespo, fundador de La Milpa bioinsumos, investigador y docente. Destaca:   “Debemos ser soberanos en el uso,  en la posibilidad de decidir sobre la fertilidad de los suelos y las estrategias a realizar y eso solo se da en el marco de la agroecología”.

“Mi nombre es Cristian Crespo. Actualmente resido con mi familia en Trenque Lauquen, oeste de la provincia de Buenos Aires, aunque con proyectos de mudarnos hacia otras geografías y me dedico a varias cosas que tienen que ver con agroecología y agricultura orgánica, desde los asesoramientos a familias que están en proceso de transición agroecológica, la producción y la investigación relacionada a al uso de de bio insumos de origen artesanal. Y también soy docente, me gusta mucho la docencia, en algunas experiencias que tienen que ver con la difusión de la agroecología”.

“También formulamos y elaboramos algunos productos utilizados en producción animal como probióticos para agua de bebida y algunos productos que se utilizan como insecticidas parasitos externos. Todos estos productos y estos diseños se elaboran en un mano a mano junto con los productores y productoras en donde van saliendo las necesidades y las posibilidades y se va generando algo a medida de lo que demanda cada sistema. No hay un producto único estandarizado”.

“Todo este andar entonces, que ya lleva algunos años, nos permite que hoy hayamos acumulado determinadas experiencias que nos permitan estar colaborando en el asesoramiento de nuevas biofábricas y nuevas experiencias de producción y uso de bioinsumos”.

“Esa es otra de las líneas que tenemos como La Milpa, acabamos de terminar nuestro primer curso de gestión de biofábricas y estamos asesorando otras biofábricas que tienen que ver con aprovechamiento de reciclajes industriales, compostajes industriales y el surgimiento de biofábricas dentro de grupos de productores o biofábricas individuales que están apuntando a mercados específicos como el del cannabis medicinal”.

Compartiendo conocimiento. La Milpa lleva 12 años dedicada a la divulgación práctica de saberes.

“Es una cuestión que se verifica a campo todos los días, el hecho que de la mano de la degradación de los suelos y la pérdida de fertilidad, hay un aumento en la dependencia de los productores, que es mucho más aguda en los pequeños productores, en la dependencia de insumos externos. Entonces hay que trabajar en devolver la vitalidad de los suelos a través de una herramienta fácilmente aprensible y reproducible en cada galpón de cada chacra, como son los bioinsumos, reduciendo los costos y aprovechando recursos, materiales y conocimientos locales”.

“Hoy nos focalizamos básicamente en la producción extensiva, producimos inoculantes que se utilizan al momento de la siembra y producimos una batería de biofertilizantes foliares cuya estrategia de uso va cambiando de acuerdo al sistema productivo, a los momentos, a los cultivos y demás”.

Redes, lazos y puentes

“Nuestro eje está puesto en los cultivos extensivos de la región, más también colaboramos con algunos otros cultivos intensivos, hortícolas, producción de cannabis, frutales, etc. Siempre que hablo de La Milpa hablo en plural y muchas veces he estado solo en el proyecto, y reflexionando sobre esta cuestión de la pluralidad me doy cuenta que más allá de que yo estuviera preparando un tambor de super magro en soledad había una red que sostiene este proyecto, que comienza con mi familia, que sigue con un montón de biofabricantes amigos con los que vamos compartiendo un montón de actividades, con los productores, con los que tenemos una relación de amistad y de confianza que venimos construyendo hace mucho tiempo, con otros profesionales que están en la temática y aportan sus ideas con nuestros maestros con Nacho Simón con Jairo Restrepo con el que tenemos vinculación constante y nos aportan, siempre nos levantan un poquito el techo para que podamos seguir creciendo. Así que eso da sentido a entender a La Milpa como una gran red y no como un emprendimiento que parte de una persona”.

“Desde la Milpa intentamos que el vínculo establecido con los productores no sea una relación comercial, sino que sea una relación en donde todos somos parte de un ecosistema. Hay personas que cultivan trigo, hay personas que realizan la molienda del trigo, hay personas que ofrecen sus servicios de asesoramiento, hay personas que ofrecen sus servicios de maquinaria, de mecanización y en nuestro caso particular nos metemos en ese ecosistema como productores de bioinsumos. Entendiendo,como siempre me gusta decir, que nuestro esquema de relaciones no son de determinado número de clientes sino de determinada cantidad de vínculos eso haciendo un paralelo con un suelo, decimos que un suelo sano es aquel que tiene la mayor cantidad de vínculos más allá de su cantidad de materia orgánica sino que la fortaleza y las mejores características de un suelo la dan su cantidad de vinculaciones, entonces nos gusta también entendernos de esa manera, no en una relación cliente -usuario, sino desde una perspectiva de vínculos en los que nos potenciamos todos”

“Hoy estamos generando nodos, en principio en algunos puntos de provincia de Buenos Aires, como para estar más cerca de los grupos de productores con los que tenemos vinculación y tenemos un nodo de producción de inoculantes en Pehuajó y próximamente otro en la región de Cañuelas”.

Desde La Milpa, además, estamos vinculados con algunas de las chacras experimentales del Ministerio de Desarrollo Agrario de Provincia de Buenos Aires, generando conocimiento respecto del uso de bioinsumos de base artesanal en producciones agroecológicas. También trabajamos en red con algunas escuelas agropecuarias y lo que es muy muy importante: trabajamos en red, con otros biofabricantes de base artesanal en todo el país, compartiendo desde materiales hasta procedimientos, experiencias, dudas y eso es importante para potenciarnos. También tenemos relación con varias universidades, Universidad de Lomas de Zamora, Facultad de Agronomía de la Universidad de La Pampa, en donde vamos generando varios ensayos, análisis y vamos compartiendo materiales con especialistas, con tesistas con gente interesada en la temática. También participamos activamente desde su inicio, hace ya siete años, de la diplomatura en agroecología para la región pampeana que se dicta acá en Trenque Lauquen “

“El libro Volver a la tierra es un compendio de ideas, reflexiones, pequeñas experiencias que tenían que ver con este transitar en torno a la agroecología, sobre todo en la región oeste de la provincia de Buenos Aires, y surge a partir de una serie de artículos que fueron saliendo en función de esas ideas hasta que tomaron un volumen tal que dio sentido a la edición de un libro. Hoy, releyendo sus páginas, a veces como autor, y eso es lo que le pasa a todos los autores de los libros, uno lo siente desactualizado, fuera de contexto y dan ganas de meterle mano de vuelta o reescribirlo, pero también hay que entender a los libros como un reflejo de un momento en particular y que significó un montón de cosas no sólo para mí como autor sino también para la gente que lo ha leído y más allá del tiempo y las diferencias que se pueden ir dando en el caminar, hoy me encuentro con mucha gente y muchas situaciones que tienen que ver con la lectura y las ideas que están reflejadas en ese libro, así que bueno, da cuenta también de un pequeño caminar colectivo que se viene haciendo con un montón de gente en pos de alimentos sanos, de suelos sanos y de sociedades sanas”.

Escala

“Creo que la producción de bioinsumos en Argentina es una cuestión fácilmente escalable con un techo muy, muy alto, mas es necesario discutirlo en el marco del desarrollo de la agroecología. A campo se dice que las medias son para las patas, por lo tanto yo no puedo estar esperando o pretendiendo una regeneración de suelos agregando un consorcio de microorganismos a un suelo que después lo voy a agredir con fertilizantes o agroquímicos”.

“Eso es un efecto que es una cuestión que confunde a los productores y que consolida las cadenas de dependencia. Me parece que el uso de bioinsumos potenciando la fertilidad integral de los suelos tiene sentido en el marco del desarrollo de la agroecología, de otra manera no.

Y de la misma manera que sucede con la semilla, la idea es que los productores sean soberanos en el uso y en la posibilidad de decidir sobre la fertilidad de los suelos y las estrategias a llevar a cabo y eso solo se da en el marco de la agroecología”.

“Una cuestión a tener en cuenta con el tema de los bioinsumos, y que es parte del diálogo que establecemos con los productores, es que estos son tan sólo una herramienta que en algunos sistemas, por sus características, será muy importante su uso para acelerar y potenciar las relaciones de los ecosistemas, y en otros sistemas no tiene sentido su uso porque esas relaciones del ecosistema ya de alguna manera están agilizadas mediante, por ejemplo, un pastoreo y un diseño de pastoreos y rotaciones bien adecuado. En otros sistemas como por ejemplo un sistema muy intensivo o aquellos de agricultura continua, necesitan la herramienta bioinsumos para acelerar procesos y para reemplazar algunos factores de un ecosistema natural que estarían faltando como por ejemplo el efecto de los herbívoros haciendo su rol con el bosteo con la orina con las pezuñas y demás. Los bioinsumos no son una panacea que soluciona y levanta todos los techos productivos sino que tan sólo son una herramienta que hay que pensarlos en su contexto adecuado “

Más info: http://lamilpa.com.ar/

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