Estructura de grano simple: La presentan los suelos arenosos pobres en materia orgánica (los suelos arcillosos, pesados, ricos en limo y pobres en materia orgánica) así como el polvo suelto de los caminos. No hay unidades estructurales definidas. La agregación es limitada o nula en suelos con escasa materia orgánica al igual que su poder retentivo.
Estructura laminar y prismática: Estas estructuras se encuentran, por lo general, en suelos pesados, pobres en materia orgánica, biológicamente casi inertes. No ofrecen buenas condiciones para el desarrollo de las plantas. El suelo con estructura columna está muy seco por exceso de aeración, mientras que el de tipo laminar es muy húmedo debido a su mal drenaje. La estructura prismática y columnar también puede encontrarse en algunos subsuelos arcillosos. Se desarrolla por efectos de su desecación y contracción y forma rajaduras en el suelo. La estructura laminar se observa en algunos horizontes superficiales de materiales finos, arenosos, salinos y carentes de estructura definida.
Estructura granular: Es la estructura ideal llamada también “migajón”. Los agregados son partículas redondeadas, humosas y porosas de 1 a 10 mm de diámetro y se denominan gránulos, si son mayores de 10 mm. Los suelos de estructura granular son suaves y sueltos lo que permite una adecuada movilización del aire y del agua. También pueden trabajarse fácilmente. Se originan en suelos ricos en materia orgánica debido a la fuerte actividad del edafón sobre éste y a la sustancia mineral lo que influye notablemente en la fertilidad del suelo. La mejor estabilidad de los agregados contribuye a disminuir la erosión. Los organismos del suelo al digerir y excretar los minerales y sustancias orgánicas confieren mayor estabilidad (contra los impactos de agua de lluvia, aniegos, vientos u otra actividad de degradación) a los agregados conformados por compuestos orgánicominerales tales como: arcillas, carbonatos, sustancias húmicas, sustancias orgánicas etc. Constituyen así el denominado “complejo arcillo-húmico” que retiene determinados iones procedentes de la solución del suelo. El tipo de materia orgánica predominante en el suelo también influye en la estabilidad de los agregados así como en la distribución equilibrada de agregados de diferente tamaño, condicionando una buena aireación, retención del agua, buen drenaje y favorecer la actividad del edafón.