Se trata de Federico Ariel, científico del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
Ariel lleva adelante un proyecto que tiene como objetivo diseñar productos inocuos y altamente específicos contra distintos patógenos, que permitan reemplazar agroquímicos y potenciar el cultivo orgánico de alimentos. En París, Francia, recibió la distinción de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco) Fundación y Al-Fozan International Prize
En un acto celebrado este 19 de junio en la sede de la Unesco en París, el Federico Ariel fue reconocido en la primera edición del premio establecido en 2021 por la Organización mundial en asociación con la Fundación Al-Fozan de Arabia Saudita. El premio fomenta la Promoción de Jóvenes Científicos/as en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). En este caso, el científico argentino, desarrolla una metodología que se utiliza son herramientas de bio y nanotecnología, que mediante el uso de las llamadas moléculas de “ARNs no codificantes”, promueve respuestas a ciertos cultivos para adaptarse al cambio climático y también que puedan tolerar plagas sin necesidad de usar agroquímicos.
Argentina «es un país que tiene una extraordinaria biología molecular y un potencial enorme de biotecnología», afirmó Ariel a Télam. El científico se desempeña en el IAL, Conicet UNL, desarrollando una investigación pionera que profundiza la comprensión del papel del ARN largo no codificante en las plantas. Estas tecnologías basadas en ARN en reemplazo de pesticidas sintéticos dañinos permitirán garantizar un entorno más seguro para los humanos y la naturaleza.
Cuando fue entrevistado por ERA Verde, Ariel había señalado que la investigación que lideraba contemplaba “estudios en cultivos de tomate y otras hortalizas y frutas de producción intensiva”, pero que la idea era “ir ampliando el desarrollo para otros cultivos de interés y para resolver el ataque de nuevos patógenos o el estrés producido por diferentes condiciones ambientales en un contexto de cambio climático”.
Detalles
«El premio llega en un momento para hacer un balance y poner en valor el camino recorrido, que empezó hace muchos años en Argentina, luego en Francia y luego nuevamente en Argentina, como científico repatriado, y es un trabajo colectivo de mis diferentes y sucesivos grupos de investigación que dieron fruto a un montón de resultados tanto científicos como tecnológicos», manifestó el científico en París, donde recibió el galardón.
En el certamen internacional se presentaron más de 2.500 candidaturas, ante lo cual Ariel contó que «ante semejante número de postulaciones y con el nivel científico que hay en el mundo, creo que el premio pone en valor todo lo que hemos hecho como equipo de trabajo, de lo cual estoy muy orgulloso».
Además de Federico Ariel, distinguieron a: Abdon Atangana (Camerún); Qiaomei Fu (China); Hesham Omram (Egipto) y Jelena Vladic (Serbia).
El jurado estuvo compuesto por la Dra. Edna Matta-Camacho, bióloga (Colombia) que fundó el programa educativo STEM Tolina; el profesor Didier Queloz (Suiza), quien compartió el Premio Nobel de Física con Michel Mayor en 2019 por el descubrimiento del primer exoplaneta; y la Dra. Fadji Zaouna Maina (Níger), científica de la NASA.
Desde la Unesco se ponderó que de la misma manera que la aparición de vacunas basadas en ARN resultó ser un salvavidas durante la reciente pandemia, el desarrollo de tecnologías basadas en ARN que puedan reemplazar los pesticidas sintéticos dañinos garantizará un entorno más seguro para los humanos y la naturaleza.
Además, sobre el trabajo del investigador argentino señaló que «sentó las bases para el uso de ARN para entregar información a las plantas utilizando un enfoque que evita el recurso a los organismos genéticamente modificados (OGM)», y precisó que Ariel «diseña moléculas especiales de ARN que actúan como sustancias naturales exógenas para ayudar a las plantas a adaptarse al estrés ambiental y resistir a los patógenos dañinos, reduciendo así la necesidad de pesticidas sintéticos». Y que «Uno de sus logros clave es el desarrollo de una plataforma para controlar la expresión génica tanto en plantas como en patógenos. Este avance nos permitirá proteger los cultivos de las plagas y ayudarlos a resistir las olas de calor utilizando un enfoque libre de transgénicos», se agregó desde el organismo que premió con 50 mil dólares y una medalla a cada uno de los ganadores.
Vanguardia
Para avanzar en su trabajo, Ariel desarrolló su propia compañía emergente, APOLO Biotech, con el respaldo del Consejo Nacional de Investigaciones (Conicet) en Argentina, donde es líder de grupo.
La iniciativa, basada en el desarrollo de biotecnología, utiliza el ARN como «molécula central, por su versatilidad, por su inocuidad y por su especificidad», para realizar este tipo de desarrollos de manera «no transgénica», ya que no se altera el genoma de los cultivos, aclaró Ariel.
«En general, los pesticidas como los fungicidas son de amplio espectro, lo que significa que mata a los hongos patógenos, pero también mata a los hongos buenos, como cuando se pone un insecticida para matar la mosca de la fruta. Esto mata la mosca de la fruta, pero también mata a las abejas que son polinizadores y que son muy necesarios para la estabilidad del ecosistema», amplió el investigador.
En cambio, a través del mecanismo premiado por la Unesco, «lo que hacemos es mostrarle a los cultivos un segmento del genoma del patógeno en manera de ARN, para que la planta lo reconozca y pueda desarrollar defensas específicas, lo que bloquea las infecciones». Esto permite «reemplazar pesticidas químicos sintéticos por soluciones basadas en ARN, que son respetuosas del ambiente y la salud humana», sintetizó de manera sencilla el especialista, quien destacó que el desarrollo representa «un cambio de paradigma en la producción de alimentos en la Argentina y en el mundo».
«La verdad es que estamos en la vanguardia de la tecnología, Argentina es un país que tiene una extraordinaria biología molecular y un potencial enorme de biotecnología», aseguró Ariel, y añadió que este tipo de tecnología de ARN «aún no existen en el mercado», destacó.
Con información de Prensa Conicet Santa Fe y Télam
Con información de Prensa Conicet Santa Fe y Télam